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Años 80

Exceso, poder y espectáculo

Tendencias icónicas: hombreras, blazer oversize, jeans de talle alto, cinturones anchos, joyas llamativas, tejidos brillantes (satén, lamé), cardados, maquillaje intenso.

Imagen de Foto

Contexto de los 80s

Los años 80 destacaron por el culto al cuerpo, el empoderamiento femenino y el auge de los medios.

La moda fue impactante y exagerada: colores vivos, brillos, hombreras y siluetas marcadas.

Convivieron estilos como el glam, el aeróbic, el futurismo y el punk, reflejando una era de contrastes,

Movimientos clave

Libertad, brillo y raíces: la moda que rompió moldes en los 70.

Imagen de Icono power dressing

Power dressing

Las ejecutivas adoptan el traje con hombreras XXL como símbolo de autoridad: el look de oficina se convierte en una declaración de poder.

Imagen de Icono punk

New wave y punk

Influencias musicales que traen cuero, tachas, mallas, colores neón, pelo teñido y siluetas desestructuradas. Rebeldía con estética.

Imagen de Icono fitness

Fitness y aerobics

El cuerpo activo se convierte en símbolo de éxito. Leggings, bodies, calentadores, tejidos elásticos y colores flúor invaden la calle.

Imagen de Icono preppy

Preppy

Inspirado en la élite universitaria americana. Jerséis sobre los hombros, polos, faldas plisadas, cuadros y mocasines.

Camisas

Volumen, actitud y mucha personalidad

En los años 80, las camisas eran protagonistas. Se llevaban con hombreras marcadas, mangas abullonadas y estampados llamativos. El estilo oversize triunfaba, combinado con vaqueros altos o faldas entalladas. Era una moda audaz, que no pedía permiso para destacar.

Pantalones

Volumen, cintura alta y mucha personalidad

Los pantalones eran sinónimo de estilo atrevido: se llevaban de tiro alto, con pinzas o pliegues marcados, y cortes amplios que resaltaban la silueta. Desde los icónicos “mom jeans” hasta los pantalones de traje anchos, todo tenía un aire de rebeldía y sofisticación. Una época donde el pantalón hablaba por ti.

Chaquetas

Los 80 no se llevaban, se imponían

Eran todo menos discretas: hombreras marcadas, cortes oversize, estampados llamativos y tejidos brillantes. Se llevaban abiertas sobre camisetas gráficas, con vaqueros de talle alto o minifaldas, y siempre con ese aire de rebeldía elegante que definía la década. Eran símbolo de fuerza, estilo y personalidad.

Vestidos

Volumen, colores vibrantes y estilo audaz

Los vestidos destacaban por sus hombreras exageradas, faldas voluminosas y tejidos brillantes. Los colores neón y estampados llamativos eran protagonistas, combinados con accesorios grandes y cinturones anchos que marcaban la cintura. El estilo reflejaba una actitud atrevida y llena de energía, con influencia del pop y la cultura urbana, haciendo de cada vestido una declaración de personalidad y poder femenino.

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